viernes, 25 de mayo de 2018

EL VESTIDO AMARILLO-Cap.2

Yellow Dress-Frederick McCubbin
Ella lo miraba asustada, apasionada, agitada, sus ojos entrecerrados, todo eso lo carcomía por dentro, ver su pecho que respiraba con más fuerza y los jadeos quedos que salían y llegaban hasta sus oídos, no podía más, ver su boca entre abierta deseosa de sentir sus besos, no podía más, los venados corrían cerca, señorita Amanda, enséñeme el jardín que con tanto orgullo cuida, ella confundida volteo con brusquedad, alisó su vestido, él pensó, dichosos esos dedos que acarician su cuerpo y siguió caminando por entre las enredaderas de jazmines y madre selvas, él nuevamente la miró desde atrás y vio sus cabellos volar con el viento como hojas de otoño arrastradas a morir, nunca olvidaría ese día, no dijeron más nada, ella se dedicó a nombrar una a una las plantas medicinales, las flores y follajes que tenía en aquel jardín, él se distraía mirando como ella humedecía su labios, su lengua se asomaba y los humedecía y él moría lentamente, sentía como se quemaba por dentro, sus palabras lo alejaron un instante de ese tormento,  está tierra es bendita señor Schramm, no me diga señor Schramm señorita Amanda, sólo dígame Jean Pierre, ella le sonrió y le regaló un jazmín colocándolo en el ojal  del saco, él atrapo sus dedos con su manos y los besó sintiendo el perfume de jazmín, nunca olvidaré este día señorita Amanda.
Durante los próximos días ella estaba animada y feliz, nadie sabía por qué, sólo ella, ella sabía la magia de la pasión, del placer, su juventud estaba a flor de piel, su belleza sobria y hasta taciturna se volvió alegre y brillante, los amigos de la familia se lo hacían notar a los padres, ellos decían que no, que ella siempre había sido una muchacha hermosa antes y siempre, él había viajado días después de ese suceso, y había dejado una carta para ella haciéndole saber que  lo antes posible regresaría.
Cuando llegaban sus cartas,  ella las leía con avidez  y después todas las tardes sentada en la pasividad de su jardín, mientras su hijo jugaba, leía cada una de ellas, las cuales las tenía amarradas con una cinta de raso amarilla y unas ramitas de rosas y jazmín, las leía  una a una y sentía como si él estuviera hablando ahí frente a ella, a veces ella le contestaba como sintiendo su presencia, me volveré loca si sigues tan lejos, Europa es una eternidad, iré a Panamá primero luego regreso a París y en poco tiempo regreso al Perú a tu encuentro, ella, todo esto es una eternidad, no podré soportar más, si alguien no ha muerto de amor antes,  yo lo haré, moriré de amor, moriré lentamente como mueren las flores al acercarse el invierno, no mueras porque tú eres mi vida, eres el aire que le da vida a mi vida, espérame, espérame.
Los caballeros que conocían a la familia, solicitaban permiso para visitarla y la familia accedía pero ella solo les ofrecía su belleza fría e impenetrable, el sol de la alegría la inundaba cuando llegaba carta de él, y sólo en el amor de su hijo se refugiaba en los días de nostalgia.
Querida Amanda:
El motivo de esta carta es para informarle que pronto estaré en Perú.
Sólo eso, el motivo de la presente es para informarle que pronto estará en el Perú? Sucede algo… sucede algo.
Al sentir la campanilla de la puerta volvió a recordar la primera vez que llegó a casa, al igual que aquel día, su rostro se sonrojó, cuando la vio recordó también aquel rubor de sus mejillas, estaba hermosa, más tal vez, paso por todo el protocolo, les contó a los padres del término de la Torre hecha por Eiffel y que estaban iniciando las obras del canal de Panamá y es por eso que iba y venía, le he traído algunas semillas para que las cultive en su jardín, gracias señor Shramm.
Vayan a ver lo hermoso que está el jardín en esta estación, me agradaría mucho verlo, entonces para que esperar más vayan.
Sus pasos eran más lentos como si pensara en dar cada uno de ellos, estaba más delgada, acaso estaba muriendo de amor, acaso era eso, ella miraba hacia delante, no como aquella vez que miraba hacia el suelo como una flor de campo queriéndose esconder, ahora caminaba altiva, su belleza era madura, andaba confiada, ella ya sabía lo que poseía, aquel poder, el poder de las mujeres maduras, te necesito, esas palabras rompieron  el silencio, ella volteo a mirarlo y sonrió, te necesito y su mano sujeto su brazo, una electricidad sacudió su cuerpo, ella sonrió como si supiera el efecto que causaba en él, la mano de ella acaricio el rostro de él dulcemente, él tomó entre sus dedos la mano de ella y la beso, perdóname, por dejarte, por abandonarte, su boca beso el cuello de ella, la punta de su lengua saboreo la piel de ella y ella le ofreció más inclinando un poco el rostro, suspiró, te extrañe, perdóname.
Estoy enterada de todo Jean Pierre, sé que regresarás a Panamá a casarte, sus ojos estuvieron a punto de explotar de sus órbitas del espanto, cómo sabía ella, quién, no importa quién o cómo, solo lo sé y no te preocupes de decir nada, en Lima solo yo lo sé y la familia que te acogió, así que la vergüenza solo será ante mí, sé que llegué tarde, tarde a tu vida, a tu amor, tal vez el destino nos presenta otras opciones para poner a prueba nuestro temple, y así fue esto, llegué tarde, consérvame en tu recuerdo eso no te lo podré quitar aunque quisiera y aunque quisiera no podré arrancarte de los míos, no me hagas esto, he venido para que me digas que luche por esto, por nosotros, es imposible que escuche de mis labios lo que me pide señor Schramm, yo me enfrenté una vez a esta  sociedad y ahora no puedo hacerlo de nuevo, por mí, por mi hijo, por mi familia, no me hables así por favor, la ofensa, herir con sus palabras, lo prefiero a su indiferencia o su fría comprensión, sólo es comprensión señor… no pudo seguir diciendo nada su boca fue cerrada por la de él, como aquella vez, ella se abandonó y su abandono excitó más sus deseos, acarició su espalda y su cabellos, la beso tan fuerte que sintió el sabor de su sangre, las lágrimas salaban sus  besos, no puedo más, la arrastró hacia el matorral de jazmines y madre selvas,  sintió aquellas ramas que se clavaban en su espalda pero ese dolor era mínimo al dolor de la despedida, en ese instante quería olvidar todo, él la siguió besando ya no tenía el temor de tocarla quería saciarse de ella acarició sus pechos lentamente como si esperara que ella se lo impidiera, la miró , pero ella no hizo nada, solo volteó los ojos como si fuera a morir, eso lo impulsó a hacerlo, los bebió como si bebiera el elixir más sagrado, te necesito, ella veía entre las enredaderas el sol que hería sus ojos, él rebuscó entre los fustanes y logró romper las fundas, sintió sus manos acariciar entre sus piernas, jadeó, tú me necesitas como yo, ella no pronunció ni una palabra, estaba mareada, tanta pasión junta, él acarició sus caderas, quería sentir ese movimiento, el movimiento que lo enloqueció aquel día, entrégate, su voz sonó ronca, sus piernas se separaron lentamente como dos compuertas que daban paso a un tesoro escondido, él la miro con ternura y pasión, un mechón de su cabello caía sobre un lado de su frente, sus ojos se oscurecieron, sus manos se crisparon, la camisa se había abierto dejando ver su pecho, ella cerró los ojos se abrazó a él y lo sintió, no podía negarse también lo necesitaba.
Luego, sólo sintió el galope del caballo, a lo lejos su nombre, a lo lejos.
Pobre señor Schramm, desilusionado busco consuelo con una dama en Panamá y se casó, si la señorita Amanda no lo hubiera rechazado él se hubiera quedado en Lima, era tan buen partido,… señorita Amanda, cómo está?? Bien, bien, qué hermoso que está su hijo, gracias,  saludos a su padres, gracias.

Era un día caluroso, tal vez el más caluroso de la estación, las flores crecían felices al sol, madre que haces? Leyendo, de nuevo esas viejas cartas? Si hijo, de nuevo estas viejas cartas, los jazmines y madre selvas le regalaban sus aromas como aquella tarde, pero las lavandas de Francia la llenaban de placer.

Fin.


jueves, 24 de mayo de 2018

EL VESTIDO AMARILLO-Cap.1


Yellow Dress-Frederick McCubin
En busca de cosas antiguas, sin querer encontré un diario en una tienda de antigüedades, le pareció algo tan romántico tener algo que alguien escribió hace tanto tiempo y más de alguien con su mismo nombre, llegó a su casa y después de preparar un chocolate caliente, empezó a leer el diario, era intenso, emocional y comprendí que en todas las épocas existían historias de amor, creo que de eso se trata no? Buscar y encontrar el amor, tal vez en este tiempo como en aquellos tiempos siempre habrá LOS ÚLTIMOS LOCOS ROMÁNTICOS.
“Entre sus manos  sostenía la misiva, el sobre blanco como el alba y en su interior una carta y en ella hermosas letras escritas en un mal castellano, sus dedos temblaban mientras leía, era de un caballero, de aquel que conoció en casa de la señora Machado, sólo se habían cruzado algunas palabras, un buenas tardes señorita y al darse cuenta del sonrojo de sus mejillas sólo había sonreído inclinándose, acariciando de soslayo  con sus dedos  el sombrero, se dio vuelta y siguió su camino con los demás invitados, sólo eso pasó y fue capaz de enviarle una carta? en ella solicitaba permiso para verla,  ella sabía que en aquellas fiestas que organizaba la señora Machado las madres se volvían locas por ser invitadas para llevar a sus hijas, señoritas casamenteras, pero ella ya había pasado esa barrera, no era señorita y tampoco casamentera, se había casado hacía mucho y era una de aquellas mujeres que se habían enfrentado al qué dirán y se había divorciado con un hijo a cuestas como solía decir su madre.
No entendía como ese caballero sabiendo todo eso, porque estaba claro, después de saludarla muchas de las damas en ese lugar lo habían puesto al tanto de todo; ella lo había notado puesto que cuando hablaban, él de cuando en cuando  volteaba la miraba y regresaba a la postura inicial; ya estaba acostumbrada a eso, pero porqué se atrevía a solicitar permiso para frecuentarla, porqué… porqué?
Estimado señor Schramm:
Agradezco la amabilidad que no creo ser merecedora, le recuerdo que desde el reciente suceso en mi vida  he regresado a la protección de mi familia, en ese sentido, mis padres estarán complacidos de recibirlo para tomar el té el día de mañana a las cinco de la tarde.
Saludos,
Amanda.
La campanilla de la puerta sonó a las cinco en punto de la tarde, la madre había declarado como  buen francés llegando a su hora.
Sus pasos sonaban fuertes y decididos, desde la silla donde estaba sentada lo vio entrar, el traje impecable, los guantes enfundando sus dedos largos y delgados, el sombrero dándole más altura del que ya tenía, sus ojos pestañaban rápidamente mientras lo miraba, era como si tomara fotografías instantáneas e iba  guardando en su mente cada cuadro, él buscó entre las personas que estaban en el salón los ojos de ella y cuando los ubicó la sorprendió en las pestañadas,  un regocijo hizo latir con fuerza su corazón, ahí estaban esos ojos, aquellos negros ojos coronados por aquellas pestañas, mariposas negras que baten sus alas, arriba, abajo, arriba, ella al verse sorprendida se sonrojó como aquella vez y él sonrió, la mirada de ella se desvió a la ventana llena de sol que dejaba apreciar el jardín que ella tenía orgullo, puesto que se pasaba horas todos los días cuidándolo.
Señor Schramm, pasé por favor, póngase cómodo, justo lo esperábamos, el mayordomo se acercó y esperó pacientemente que él le entregara el sombrero y los guantes, el bastón, observó sus dedos, finos, que se movían despacio mientras observaba todo el salón, luego lo invitaron a sentarse frente a la madre y a ella, mientras que el padre le relataba la vez que fue a París y lo mucho que había disfrutado, ella era una jovencita y sólo disfruto de caminar por las calles de París con su madre y de las comercios llenos de telas, encanjes y broderies que se trajeron, la consigna llenar los baúles.
El demostraba en cada palabra lo educado y gentil que era, a pesar de su mal castellano, le había relatado al padre que estaban construyendo en París una enorme torre la cual se apreciaría en la Exhibición Universal de 1889 y que él era uno de los tantos ingenieros asistentes encargados de esa obra, les contaba que muchos estaban en contra de esa estructura puesto que pensaban que iba a cambiar el paisaje que hasta hoy tenían, todos esos relatos  le daba al padre justo en la yema del gusto, cosas llenas de encanto, de majestuosidad y sobre todo de cotilleo, de cuando en cuando la miraba, en cada sorbo de té que bebía su mirada iba hacia ella, ella casi ni tomo ni probó los panecillos que se habían hecho durante toda la mañana, recordaba la harina entre sus dedos y como la masa se dejaba acariciar por  sus manos, están deliciosos, al sentir aquel comentario ella se volvió a sonrojar como si él hubiera adivinado sus pensamientos, él sería suave como aquella masa, blanca y fina, de inmediato sacudió de su mente aquellos recuerdos de alcoba, aquellos ya lejanos, los niños corrían, venados salvajes, espíritus libres.
Por fin sus padres le pidieron a su hija que le enseñara el jardín que con tanto esmero cuidaba, el cual ella tenía tanto orgullo.
Avanzaron hacia la puerta, sentía que sus piernas temblaban como las hojas de otoño al caer, no se animaba a mirarlo, él estaba tan cerca de ella, casi sentía su respiración, él cortesmente abrió la puerta y dejó que ella pasara primero, volteo e hizo un ademán de saludo a los padres que se quedaban mirándolos con una sonrisa cómplice.
Ella caminó por entre la terraza adelantándolo, él a propósito camino lento, el sol  caía sobre su cabello haciéndolo brillar, aquellos rizos bien cuidados, bañados por romero hechos con exactitud milimétrica que danzaban sobre su cuello al compás de sus pisadas y sobre su piel, sonrosada por el sol o por la timidez, corría alegre e indiscreta una gota de sudor, corría adentrándose en aquel vestido, el vestido amarillo que se movía como siguiendo un baile propio, un baile que solo aquellas caderas sabían lograr, ella levantaba un poco aquel vestido dejando entre ver los fustanes que se golpeaban entre sus pies, pies prisioneros de aquellos zapatos de cuero blanco sujetados por cintas entrecruzadas, encarcelando sus delgados tobillos e impidiendo ver más, él iba deleitándose por todas aquellas cosas, cuando vio que aquellos fustanes traicioneros  no dejaron dar el paso correcto, él la sujetó del brazo, mientras ella daba un gritillo,  sus miradas por fin se cruzaron, su mano sintió aquella piel suave y también el temblor corporal seguida de un jadeo, miró su boca roja como una granada, no había nadie en  el mundo que pudiera impedir aquel beso que ya era inminente, por fin sus jadeos cesaron, su boca no dejó que continuaran, se apoderó de sus labios, y lentamente fue haciéndolos suyos, no podía soportar más, su lengua buscó la de ella y ella se la ofreció complacida, a ella le gustaba se dijo, así que con sus manos la fue acercando lentamente más y más hasta sentir su pecho agitado pegarse al de él,  el deseo de acariciar sus senos lo atormentaba, en su mente divagaba, entraba en aquel sueño, el sueño de acariciarla toda, de acariciar sus senos y sentirse pleno pero si lo hacía era su fin, así que se conformó en sentirlos sobre su pecho, una de sus manos tomó su cabeza para evitar que ella cambiara de opinión, apresando su cabellera, sus dedos se enredaron entre sus cabellos, eran suaves se dijo, tal como me lo había imaginado y su pasión se encendió más, su mano apretó un poco un lado de su cuello y sintió sus suspiros,  no podía seguir o moría, ese sentimiento lo envolvió, tenía que seguir besándola o moría pero si seguía haciéndolo iba a desear más y ella lo correría y moriría si lo hacía, decidió abandonar ese quehacer, se separó bruscamente.

continuará...


domingo, 20 de mayo de 2018

CARTAS DE PARIS-Cap. 5 (Historia basada en hechos reales)

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_No puedo creerlo!!!!_
Aquel hombre gritaba tanto y tan fuerte que los ojos azules estaban a punto de salirse, su cara se tornó roja, las venas del cuello y la frente se inflamaron y hasta el último rincón de la casa oyó su grito.
_Mi hija no se pudo fugar con un hombre, ella no es así y no intentes de decirme lo contrario por que te arranco los ojos con mis propias manos, Hermelinda, con mis propias manos, llama a mis hijos debo hablar con ellos.
La mujer corrió por los pasillos llamando a los hijos, el padre y los dos  hijos se pasaron toda la tarde hablando de ese trágico suceso, Guido había muerto, su hija estaba desaparecida y nadie sabía nada pero él ya esta ahí, don André Esclavy no dejaría de buscarla, no volvería a tener tranquilidad hasta tener en sus brazos a su pequeña Camelia.
Tomó su sombrero y su bastón y salió sin rumbo, nadie tuvo la valentía de preguntar a dónde se iría, o si volvería pronto, en el rostro del padre se dibujó una desesperación, una angustia, aquel ritus en su cara no se borraría jamás, cuando llego su ancianidad decía: "esa arruga apareció cuando mi Camelia se la llevó ese maldito"
Lo primero que hizo es acercarse a la morgue y preguntar, luego a los hospitales, fue a todos, luego a la estación de policías, a las terminales de tren y por último en las esquinas que estaban cerca al convento donde estudiaba su hija, sacaría una pista cueste lo que cueste, hasta había pensado vender el bastón de marfil con empuñadura de oro con la cabeza de león, para pagar un rescate por su hija.
Pero las noticias nunca tardan en llegar, una mujer que vendía "revolución caliente" en la esquina del colegio la vio discutiendo con un hombre de casi treinta y cinco años, luego un canillita la vio subir a un camión pequeño marca Ford, un camión que se utilizaban en las granjas o haciendas, al escuchar los comentarios del muchacho, un grupo de jóvenes se acercó, ellos se paraban en la esquina para enamorar a las muchachas que salían de la escuela, uno de ellos indicó que más o menos en el mismo tiempo que Camelia  desapareció un hombre había dejado de venir y el primo también, uno de ellos conocía la casa del primo, jugaban billar algunas tardes.
Es que acaso la búsqueda ya estaba llegando a su fin?
Todo había empezado hace seis meses y no había descubierto nada, había preguntado a cada una de las compañeras de su hija, había conversado con la amiga que caminaban juntas al salir de la escuela, pero ese día su padre había venido a recogerla para llevarla al médico porque sufría de anemia que continuamente la obligaba a faltar, ese día ese maldito aprovechó y se llevó a mi hija le había comentado al padre de su compañera, este le dio la idea de pararse en las esquinas para hacer preguntas y su consejo le había funcionado.
Ahora a buscar al primo.

continuará...

viernes, 18 de mayo de 2018

ENTRE CANDILEJAS-Cap.3

Los ojos del enfermo se entre abrieron y dirigió su mirada a Florencia y con temblor alargó su mano para refugiarse en las de ella, Florencia no pudo aguantar sus lágrimas, lo único que atinó el nieto es sacar a aquella muchacha de la habitación para que le explicara que enfermedad tenía Henry.
_ pensé que nunca más nos íbamos a ver,  dime estoy delirando?
_ no _ entre sollozos le respondió _ leí la carta que me enviaste y no dude en venir, quería verte, decirte tantas cosas_
_ solo dime que me perdonas, solo eso quiero  que me digas_
_ no, no te perdono… TE AMO, lo hice y siempre lo haré, aunque ya no estés aquí junto a mí, no solo me quedaré con tu recuerdo, me quedaré con algo más…
El sonrió.
_ con qué te vas a quedar mi amada Flo_
_ Henry la última vez que estuvimos juntos, cuando me dijiste que hubiera sido hermoso estar casados y tener hijos, pues ese día … ese día me embaracé.
Las pocas fuerzas que aquel hombre se elevaron a su rostro y una luz iluminó su mirada.
_ lo sabía, algo me decía que tú aún guardabas algo hermoso conmigo y que mejor que eso, criaste sola a nuestro hijo, Adrian y él se quisieron?
_ se aman, Adrian siempre lo protegió y fue como el padre de Henry, los dos hicieron una empresa, Adrian es el que consigue  a los clientes y Henry, él es el financiero el que trae a Adrian a la tierra.
_ él sabe?
_ Sí, pero no sabe quién, hoy he venido con tu nieto, nuestro nieto_
_ lo vi… _
_quieres que lo deje entrar_
_ no, te pido por favor que tú se lo digas, hasta en estos momentos sigo siendo un cobarde, luego, después, hoy quiero estar contigo, sentir tu amor_
_ yo también quería verte, quería abrazarte, besarte, tenerte aunque sea un solo instante en mis brazos, solo para mi, solo… para mi. Un sollozo no le dejo decir más.
Se acercó a él y lo abrazó y le regaló el beso más hermoso y tierno que había guardado en su corazón, se sujetaron en un abrazo inmenso y partió.
Aquel cuarto se ilumino por un instante, su nieto y la muchacha no pudieron explicar cómo, pero eso fue lo que sintieron.
Salió de aquel hospital triste por esa partida pero feliz de haber compartido su último aliento, había sido de ella siempre, su vida siempre fue así, ella solo para él y cuando Henry nació le enseñó a Adrian a amar a ese hermano sin padre y ahora tendría que decir la verdad, Adrian siempre se lo aconsejó, ya era la hora.
_Abuela, él es mi abuelo, mi verdadero abuelo?
_ sí, quiero que sepas que todos ustedes son producto del amor…

La lluvia caía mojando lentamente su camino, acompañando sus lágrimas y en su pecho iba sintiendo su presencia como si algo se depositará en el alma y ese sentimiento la acompaño hasta los últimos minutos de su vida.

FIN.

jueves, 17 de mayo de 2018

ENTRE CANDILEJAS-Cap.2

Amada Flo:
Creo que con solo leer a quién va dirigida ya sabes quien la escribe, antes que nada quiero escribir esto porque no fui lo suficientemente valiente para decirte PERDÓN, perdón por haber dejado que pasaran todos y tantos años, perdón por no quedarme contigo aún teniendo este amor que quiero que sepas nunca se apagó, hoy que siento que el final de mis días se acerca creo que el sentimentalismo me ganó y tuve la urgencia de decirte que nunca, nunca deje de amarte, sí, tuve una familia, esposa, hijos, nietos pero en mi alma y mi corazón siempre guarde ese amor que muchas noches me atormentó y que sabes bien hizo muchas veces que fuera en tu busca y a pesar que tú me ofrecías todo no fui valiente de recibir todo lo que me ofrecías.
Quiero que sepas que nací para amarte y moriré haciéndolo, tal vez para ti estas palabras llegan tarde pero necesito decirlo, tal vez por que me volví uno de LOS ÚLTIMOS LOCOS ROMÁNTICOS DEL MUNDO.
En estos últimos años me he esmerado en acercarme a Dios, ese Dios que tú tantas veces me aconsejabas me acercara y lo hacía pensando en algo, le pedía que si realmente existe otra vida que por favor en esa vida la pueda compartir contigo, por fin ser lo suficientemente valiente para estar contigo, que me dé la oportunidad para darte todo este amor que me explota en el pecho, este amor que me calienta el alma y el ser.
PERDON y TE AMO es lo último que puedo decir.
No quise decir nada antes por el temor que tú me dijeras que ya no querías saber nunca más de mí como la última vez.
Recuerdas aquella canción que me gustaba cantar cerca a tu oído, aquella que decía que habías llegado tarde a mí, que tú llegas cuando yo me voy, hoy vuelve a pasar.
Flo, guárdame en tus más dulces recuerdos, que yo te aseguro te llevo conmigo.
TE AMO HENRY.
Florencia no podía aguantar el llanto en cada palabra una lágrima brotaba como haciendo honor a cada una de ellas, muchas veces su nieto se acercaba para tratar de abrazarla o sostenerla pero ella se lo impedía quería terminar de leer todo aquello, cuando lo hizo el papel cayó a la hermosa alfombra persa, el nieto rápidamente la recogió y la leyó, se arrodillo junto a ella y la sostuvo, se abrasaron por un momento.
_ él ya murió?, mientras intentaba secar sus lágrimas con su pañuelo.
_ no mi señora, él aún… y agachó la cabeza.
Florencia suplicó le diera el nombre de la clínica o el lugar donde él estaba, ella siempre fue una mujer fuerte y valiente y el último acto de valentía que le podía ofrecer es ir a verlo y decirle lo que tenía que decirle.
El abogado consultó y al final le proporcionaron la dirección, el nieto le suplicaba que ese deseo era una locura y que ella ya no estaba para esos  trajines, pero la mirada de Florencia le dio a entender que era inocuo intentar que cambie de idea.
Salieron del estudio de abogados e ingresaron al auto, se dirigieron a donde le habían indicado.
_ sabes que te expones a que te echen de ahí verdad??
Ella lo volvió a mirar, claro que lo sabía, pero como todo lo que se refería a él, ella siempre estaba dispuesta a correr el riesgo, a luchar, a enfrentarse, por un instante dejo de estar consciente de tener setenta y cuatro años y recordó mientras  veía como el auto se comía las calles.
_"Ariza" dónde estás?_ salía en el mensaje del teléfono
_ En mi casa como siempre_
_Quiero verte_
_ Entonces ven_
El taxi llegaba a la puerta de su casa y marcaba el número del teléfono para llamarla.
_ baja quiero que tú me abras la puerta_
Ella bajó y entre las rejas de la puerta lo vio parado, ansioso de que se acercara, ella sonrió y se acercó a la puerta sin abrirla.
_ y ahora qué pasa, que quieres?
El jaló de su brazo y la abrazó con las rejas en el medio, ella se reía y dejaba que él la acariciara.
_ abre, abre, no seas mala, sabes que te necesito.
Ella abrió la puerta y él la tomo entre sus brazos y la beso, llegaron haciendo tumbos hasta la puerta, se abrazaron  y se rieron al ver su reflejo en el cristal de la ventana,  una vez cerrada la puerta él la acorraló entre la pared y su cuerpo.
_ "Ariza", te extrañé_ y la besó.
_Tendría muchas cosas que decirte, te extraño
_ pero, eres tú el que aparece y desaparece sin sentido, vas y vienes de mi vida sin dejar las cosas como deben ser, además hoy no puedes decir nada se ve claramente que has tomado, te hago un café y conversamos.
_ sabes que no me gusta el café.
_ entonces toma agua, no quiero que te vayas así.
_ hoy me quedo contigo, hoy te necesito, porqué no te quedaste conmigo? Porqué no nos casamos, porqué no tuvimos hijos.
_ pudimos haber tenido pero desapareciste o no lo recuerdas, sabes que te amé, te amo y tal vez toda esta vida te amaré, pero y tú puedes decir lo mismo?
_ te necesito.
Una lágrima corrió por su mejilla, él la beso, acarició uno de sus brazos, acarició sus cabellos, con su mano sujetó su cuello y besó su mejilla.
_ siempre te voy a fallar y siempre me vas a amar, yo sé que no te merezco, pero tú igual me recibes, igual me tratas con cariño, igual dejas que haga esto.
_ será porque te amo.
Se abrazó a él, ella sabía que después se iría y que luego de una larga temporada regresaría con las mismas disculpas, pero igual iba a sucumbir, ya nada le interesaba.
Él la volteó y acarició su espalda, con sus manos fue acariciando su muslos hasta subir por su vientre, no sin antes constatar su humedad, entre sus manos sostuvo sus senos y con sus dedos jugó con aquellos botones, sabía que ella iba aceptar todo, él la amaba como a nadie pero era cobarde y no podía enfrentar tantas cosas por ella, en cambio ella si era capaz y la amaba por eso y también por esa razón necesitaba estar con ella, sus quejidos hicieron que siguiera en el mismo afán, se pegó más a sus curvas, le subió el vestido y metió sus manos por debajo de él, retiró de su cuerpo la ropa interior y se sintió feliz de tocar su piel, suave, tibia, la sensación de tenerla hizo que muchas sensaciones corrieran por su mente, por su cuerpo, por su vida, lamió sus hombros como un perro hambriento buscando un bocado y luego de saciar la necesidad de poseerla, el cansancio los venció.
Ella estaba acostada boca abajo con la espalda desnuda, él dulce y lentamente fue acariciándola, la besaba una y otra vez, acomodó la cabellera larga sobre la almohada, él acercó su boca a uno de los oídos y empezó a susurrar una canción:
“ tú llegaste a mi cuando me voy, eres luz de abril, yo tarde gris…”
El golpe de un bache la hizo regresar de aquellos pensamientos, habían pasado tantos años, habían pasado tantas cosas, llegaron al fin de su destino, las inmensas puertas de cristal se abrieron mientras ella avanzaba con paso firme, nada ni nadie podría impedir en ese instante alejarla de él, el nieto se acercó a preguntar en el counter de recepción y le dieron las indicaciones, subieron al ascensor y salieron con premura hasta llegar a aquella puerta, blanca, inmensa, paso un trago de saliva se abrió la puerta y una muchacha salió a recibirlos y con amabilidad les preguntó quienes eran, el nieto le indicó que él había trabajado con Henry hacía tiempo y que recién se había enterado que se encontraba mal, la muchacha no creyó mucho lo que decía pero al ver a Florencia inquieta los hizo pasar. 
_ Abuelo, tienes visita_

continuará...


miércoles, 9 de mayo de 2018

ENTRE CANDILEJAS-Cap.1


Este es un mensaje para la Sra. Florence, el asistente llego con un sobre y  lo dejó en la mano extendida de aquella mujer, las canas ya cubrían su cabeza, a los cincuenta había decidido no más tintes y en honor a la verdad le daba un aire de elegancia; entregó el sobre a su nieto que estaba sentado cerca de ella y con un ademán hizo que abriera y leyera el mensaje.
_ estimada sra. Florence, el motivo de la presente es para proceder a realizar la instrucción de nuestro cliente, el cual indica la entrega de un sobre cerrado exclusivamente a su persona. En tal sentido se solicita su presencia en nuestro estudio para realizar dicha entrega. Atte. 
El nieto y la abuela se quedaron muy sorprendidos, el nieto bromeo:
_ abuela, no será que te dejaron una herencia? _ mientras sonreía.
_ ay mi hijito ya estoy demasiado vieja para que alguien me haya dejado una cosa así, lo que si te pido coordines con ese estudio de abogados para reservar nuestra visita, cuanto antes mejor y salimos de nuestra curiosidad. Y le daba un giño al nieto _y tal vez regrese millonaria_ mientras pegaba una carcajada.
Al día pactado los dos se dirigieron al estudio de abogados de la referencia, llegaron puntuales, ella era una mujer mayor pero aun así seguía irradiando esa elegancia y sofisticación que siempre fue dueña, la invitaron entrar a una salita y solo esperó unos minutos.
Al cabo de esos minutos entró un hombre vestido de traje y corbata, con el cabello peinado hacia atrás, afeitado y dejando un olor a perfume masculino, la saludo con mucho respeto y le explicó la razón por la que ella estaba ahí.
_ mi querida sra. Florence, nuestro cliente nos solicitó que este sobre, lo movió con cuidado como si las palabras se pudieran caer, se lo entregara a usted exclusivamente…
_ es por eso que estoy acá
_ y agradecemos su deferencia, él nos pidió que nadie más podría saber  de la existencia de esta carta y que perdone haber demorado tanto para entregársela, mientras decía esto último se la entregaba con mucho cuidado, si desea puedo dejarla sola un momento para que la lea con detenimiento…
_ tiene que ser acá? No me la puedo llevar y leer en la tranquilidad de mi hogar?
_ mi estimada señora, él nos pidió que lo hiciera acá para que demos fe que si llegó a sus manos y que si leyó la misiva …
_ quién él?
_ dentro de ella lo averiguará…
El nieto se ofreció a leérsela pero al ver la incomodidad del joven abogado se negó, leyó la parte de delante de la carta “ a mi querida Flo”, cuando observo su nombre cortado de esa forma pensó, sólo una persona en esta vida la llamaba de esa forma porque a ella no le gustaba que la llamaran Flor, Flor mucha gente se llama así, yo soy FLORENCIA decía, el papel tembló entre sus manos, dirigió la mirada al abogado y desdobló la carta:
“Amada Flo:

continuará...


jueves, 3 de mayo de 2018

LAS BOTAS DE CHAROL NEGRO-Cap. 2

Entró al auto, él se quedó parado mirándola sorprendido, sígueme le dijo.
Sintió el aire en su cara y mientras el viento le enfriaba el rostro también le enfriaba las ideas, que todo el mundo se vaya al diablo él estaba ahí con ella, tal vez seré una de LOS ÚLTIMOS LOCOS ROMÁNTICOS DEL MUNDO.
Llegaron a su casa, se abrió la puerta de la cochera, ella ingresó y él se quedó parado, en el borde, se asomó un poco y le grito en seco !pasa!, él la siguió, estacionó la moto delante de su auto, ella miraba todos sus movimientos, cuándo se quitó el casco sus cabellos alborotados jugaron en su cabeza y la emocionó ver como se acercaba para abrir la puerta del auto.
En el ascensor se miraban y se sentían la respiración, por fin la puerta se abrió y dio paso a un pequeño corredor, la puerta con un colgante de flores denotaba que esa casa era de ella, empuño la llave para abrir la puerta.
_estás segura??_
_completamente_ lo dijo sin mirarlo, en ese momento su universo era esa llave, la cerradura sonó dos veces y por fin la puerta se abrió, las luces se encendieron y dejaron ver el modo como ella vivía, todo ordenado, todo en su lugar, un aroma de rosas y canela venía de alguna parte.
Ella entró en silencio y él se siguió quedando en el pórtico, al percibir eso ella giró y lo miró.
_ estás segura?_ ella le regaló una sonrisa, él se acercó y la beso, tan profunda y vorazmente, acaso ella podía resistir tanta pasión?
_Sabes que añoraba querer a alguien, tal vez pensarás que estoy un poco loca, pero me levantaba por las mañanas pensando que estaba queriendo a alguien sin saber a quién, tal vez al contarte esto me vuelva vulnerable_
_ cómo es eso?_
_ sí, me levantaba enamorada de alguien, alguien sin nombre_
_ entonces... hoy ya tiene nombre?_
_ creo que sí_
_ cómo que creo?_
_ no sé, todo esto ha sido tan raro, sólo tengo una noche contigo, yo tengo la sensación que es más tiempo, pero no sé_
_ tengo que decirte algo_
_ no, no, no me digas nada por favor, dejemos que esto fluya, que este río busque su cauce, suena un poco dramático no? Pero que sea así_
_ sí_ los dos rieron cómplices. Muchas cosas venían hacía ellos y lo sabían, pero no era el momento para pensar en eso, este era su momento, sin complicaciones, ni prejuicios, ese momento era el espacio feliz en su mente, donde se podían refugiar en tiempos difíciles.
Ibas caminando por la casa y encontrabas platos sucios, hojas de lechuga marchitas, cascaras de tomate, restos de verduras y frutas cocidas, limones,  botellas de vino y de agua a medio terminar, corchos por doquier , era una galería de cosas que en otro momento ella hubiera corrido a deshacerse de todo eso, pero esos dos días fueron de locura, los teléfonos sonaron hasta que se cansaron, no salieron, en el mundo sólo eran ellos dos, cuando el teléfono de él empezó a sonar desde las diez, lo apagó de inmediato.
_ se acerca navidad ya comienzan las llamadas, te esperan en casa_
_ nadie me espera en ninguna parte_ y sus ojos se tornaron sombríos.
_Será mejor que te ayude a limpiar todo este tiradero sino nunca más me dejarás entrar_ mientras le guiñaba un ojo, sacó una bolsa negra y empezó a tirar dentro todos los desperdicios, botellas, servilletas _realmente esto parece como si hubieras hecho una fiesta_  sonrió mientras acomodaba todo en la cocina.

Mientras ella colocaba sábanas nuevas en la cama él entró de nuevo al dormitorio, todo había cambiado, todo estaba en orden y oliendo a limpio.
_Significa que esto se acabó?_ la miró fijamente, su brazo reposaba en el lintel de la puerta, ella se acercó lentamente mirando su boca cuando estuvo muy cerca lo beso suavemente.
_ esto se termina cuando se tenga que terminar_ él la tomo de la cintura y la levantó para llevarla a la cama.
_ no te preocupes yo vuelvo a arreglar la cama_
El día estaba lleno de cosas por resolver, las festividades siempre traen un poco de complicación pero era mejor todo eso que pensar en todo lo ocurrido días atrás, muy temprano lo vio ingresar junto con todos los obreros, sus miradas se cruzaron, él hizo un pequeño ademán de saludo y ella le correspondió, este día iba a ser muy difícil en el trabajo por los pendientes pero más porque iba a estar pensando en él, él le había dicho que estaría con ella para siempre y lo dijo con tanta seguridad que le creyó.
Por fin culminó los últimos planos que le habían enviado del próximo proyecto y terminó de redactar algunos correos, sacó de uno de los cajones del escritorio el papel con membrete para imprimir una carta, sin querer se quedó mirando el logo de la empresa mientras la hoja salía de la impresora, algo le llamó la atención, dentro del logo había otro más pequeño, dónde lo había visto, dónde?
Su rostro se tornó pálido, quería dar un grito y no pudo, se llevó las manos a la boca para oprimir el grito, un escalofrío la recorrió de pies a cabeza, sus colegas le preguntaron qué pasaba y sólo pudo pronunciar _ nada, me acordé de algo que no hice_ se levantó rápidamente de su asiento hacia la ventana y con el puño limpió un poco los cristales, lo buscó y con la mirada lo encontró, como si él  hubiera sentido su mirada volteó y le regaló una sonrisa, ese momento la sobresaltó,  pero al mirarlo con detenimiento  sintió la tranquilidad que necesitaba y le regresó la sonrisa.
Buscó en su recuerdo, su espalda, su hermosa espalda, bronceada, poderosa, grande, un beso por eso. Mientras lo acariciaba, había descubierto su tatuaje.
_ y ese tatuaje? _ preguntó ella con un aire de inocencia.
El la miró con interrogación.
_ me gusta tu tatuaje_ y le regaló un beso.
_ el diseño lo hizo mi madre hace mucho tiempo es como un símbolo de familia y como todos los obreros tienen un tatuaje me hice este, para recordarme que sobre mi espalda siempre llevaré lo que me dejó.

_ qué lindo, pero más que tu tatuaje me gustas tú_

Fin.

miércoles, 2 de mayo de 2018

LAS BOTAS DE CHAROL NEGRO-Cap. 1


Estaba en la oficina, mientras respondía los mails de los clientes, se iba acariciando una a una las arrugas que iban naciendo en la esquina de sus ojos, no volveré a reírme más, se decía a sí misma, nunca más, la edad cae sin contemplaciones y cae como un alud si no estás preparado, ya no soy joven se decía mientras su imagen se dibujaba en la pantalla de la computadora, pero tampoco soy tan vieja y  sonreía.
El calor era intenso, el sol brillaba entre los ladrillos, el sonido de los mixers, los tks, los obreros cargando viguetas o ladrillos, como una danza que solo era de hombres, los ladrillos iban pasando uno al otro, volaban en el aire, el polvo era como lluvia fina, blanca, hombres con la fortaleza que solo ellos son capaces de tener, a lo lejos estaba él llenando el techo, uno más, el sudor corría en su frente como cristales, el esfuerzo se notaba en su rostro, su ojos chispeaban de entusiasmo, un nivel más por terminar, la tela de su ropa se pegaba a su cuerpo dejando traslucir sus músculos que se contraían y se relajaban durante aquel ejercicio.
Los cristales de la caseta donde estaban los ingenieros se había enturbiado un poco pero no evitaba ver lo que sucedía, de vez en cuando de reojo veía aquella danza y de vez en cuando se distraía de lo que estaba haciendo y se quedaba perpleja mirando, los obreros la miraban y le sonreían, se sentía sorprendida, se volteaba y seguía en su quehacer, sino, se paraba, se colocaba el casco y gritaba desde la ventana, a este le falta el casco, al otro los anteojos, donde están las fajas y regresaba a su asiento, se los decía por su bien, en medio de todo eran hombres no bestias de carga, gente con sentimientos, con sueños, con familia, mujeres e hijos que esperan por ellos sanos y salvos.
Pero porqué le atraía tanto ese hombre, porqué a algunas mujeres le atraían el lado salvaje de todo o el lado primario de su ser se lo exigía? quién podría identificar o traducir lo que sentía? humedeció sus labios al imaginar encontrarse a solas con él, qué haría? de qué hablarían? ella solo quería saber qué se sentiría buscar sus labios y besarlos, morderlos suavemente y sentir su piel, su carne. El golpe de la comba la hizo despertar, miró a su alrededor y se cruzó con los ojos más negros que había visto, aquella chispa en sus ojos, aquella que la hacía sentir incómoda, su cuerpo se estremeció y trató de concentrarse en la computadora.
Aquella noche las estrellas estaban más luminosas, el auto corría por la carretera, la música la acompañaba, el recuerdo de aquellos ojos le hacían sentir calor, de pronto un sonido fuerte la hizo frenar al seco, el auto chilló y agradeció que ningún auto estaba detrás de ella, qué había pasado, una de las llantas había reventado, aparcó el auto en la berma auxiliar, prendió las luces de emergencia, salió, sacó el triángulo de emergencia y luego entró de nuevo al auto para llamar al auxilio mecánico, cuando se disponía a marcar los números, sintió una sombra que se acercaba por detrás del auto, pensó, un policía de tránsito, cuando levantó la mirada, él estaba ahí parado con el casco puesto, ese gran caso la asustaba era todo negro que no se podía saber si te estaba mirando, pero esta vez por supuesto que la miraba aunque hubiera una pared de concreto en medio sabía que la estaba mirándo.
Está bien? no podía gesticular ninguna palabra, lo sentía tan cerca, hasta podía sentir el olor del jabón, al sacarse el casco, sus cabellos rizados, negros volaron libres, una onda furtiva caía sobre su frente.
Está bien? volvió a preguntar y la hizo salir del trance. Sí, sí, es la llanta. Tiene llanta de repuesto? Sí, sí. Démela, abrió el maletero como una autómata y sintió el calor de su cuerpo acercarse a ella para sacar la llanta, cuando se agachó e hizo el esfuerzo de sacar la llanta sus dientes blancos se notaron en la noche, ella se apartó un poco para darle espacio o tal vez para sentir aire fresco que la sacara del mareo que sentía, pisó una piedra y al hacerlo casi rueda por la pista, él dejó caer la llanta y la sujeto, realmente está bien? sí, sí, la miró como si sospechara que no. Se dedicó a cambiar las llantas, mientras ella no dejaba de mirar todo lo que hacía, ella pensaba, su cuerpo estaba acostumbrado a realizar toda clase de esfuerzos y cambiar una llanta tal vez era un juego, terminó de cambiarlas, metió la llanta dañada al maletero y vio sus manos sucias de grasa y tierra, tengo un galón de agua atrás. No se preocupe tengo una franela en un bolsillo de la moto, ok, él avanzó a la moto, se limpió las manos con la franela, luego se puso el casco, ella lo miraba fijamente abrasada al galón del agua, el sujetó la correa del casco y giró a mirarla, apúrese guarde eso, ella lanzó el galón dentro y casi corrió para subir al auto, la voy a seguir. No es necesario. Si lo es, mañana lleve el auto a que lo revisen, cuando ella entró él le cerró la puerta, se acercó un poco y sintió su calor, sus ojos se abrían y cerraban rápido como si quisiera despertar de algún sueño, sueño donde él se acercaba a besarla, colóquese el cinturón le dijo finalmente y acto seguido encendió la moto y ella el auto, perdiéndose ambos en el tráfico. En pocos minutos llegaron a la puerta del edificio de departamentos, ella no sabía si ingresar el auto al edificio y saludarlo con la mano y no volver a salir o esperar a que él se acercara y despedirse de él y agradecerle, no pudo hacer ni lo uno ni lo otro, él al ver que se abría la puerta del estacionamiento automáticamente pasó cerca de ella hizo un ademán de saludo y aceleró perdiéndose al final de la calle, ella se estacionó, se quedó un instante sentada revisando mentalmente lo tonta que había sido, desde el punto en que no pudo decir una oración completa, hasta el momento que dejó de ser una mujer independiente y permitió que él tomara el control de la situación, ella podría haber dicho que no se preocupara que estaba llamando a auxilio mecánico y ya, adios, pero no, no dijo ni una sola palabra y se dejó llevar, es que acaso él tenía un poder especial para alterarla? no quiso pensar en eso, salió del auto y casi corrió a su departamento, quería dormir.
Bajó del taxi apresurada, sus colegas le preguntaron qué había sucedido con su auto y ella les relató lo que había sucedido omitiendo lo sucedido con "el obrero", se sorprendió pensando de esa forma, por qué omitir ese episodio? si no fuera obrero tal vez sí lo hubiera contado? agachó la cara como si se avergonzara de sí misma.
Te quería agradecer por lo de anoche, él giró sobre sí y sus ojos hicieron que se sintiera de nuevo incómoda, ella agachó la mirada y le volvió a agradecer, giró de nuevo y siguió haciendo lo suyo, no se preocupe señorita no fue nada, ella se quedó sin palabras, qué le pasaba, acaso detestaba tanto a sus jefes que el orgullo lo hacía actuar de esa forma.
Regresó a su oficina pensando porqué esa actitud, no le era de su agrado acaso? se preguntó, todos los obreros la trataban con respeto y cariño, menos él, a él su presencia lo tenía sin cuidado y si la tenía cerca ella era transparente para él, por qué?
Los días pasaban y las fiestas navideñas se acercaban, las festividades hacían los días de arduo trabajo más llevadero, coordinar los regalos para los obreros y el brindis la llenaba de regocijo, jugar entre sus colegas al "amigo secreto" y recibir cada día un pequeño regalo la regresaban a la niñez a la felicidad de las luces en la calle, a los villancicos en las radios, a la gente sonriente, a los afectos de su familia que la llenaban siempre de cariño y amor.
Brindemos por una navidad en familia y un año nuevo lleno de felicidad para todos, gracias señorita, para usted también, acto seguido sintió el sabor del champagne en sus labios y al beberlo se tropezó con la mirada de él que le sonreía muy tímidamente, dejó de beber e hizo como si no lo hubiera visto. Se dedicó a entregar uno a uno los regalos a todos los obreros que le deseaban a su vez mucha felicidad, cuando él se acercó dejó que uno de sus colegas le diera el regalo, él lo recibió con la seriedad de siempre, no la miró, ella había decidido romper con esa sensación que él le hacía sentir.
Casi todos ya se habían ido, solo sus colegas se habían quedado para realizar el intercambio, todo fue ameno y divertido, era un grupo muy unido, eran personas auténticas y sencillas, todos salieron en grupo festejando, riéndose de las bromas, cada cual tomo su auto y se fueron, ella se había olvidado de algunas cosas en la oficina, claro la laptop tenía que trabajar aún en las fiestas, no tenía más nada que hacer, ni con quién, sus colegas le habían invitado cada cual a su casa para que no pasara sola las navidades pero para ella era divertido aunque todos la miraban extrañados, entró a su oficina sacó la laptop, la enfundó, cerró la puerta y al salir al estacionamiento él estaba ahí en su moto, con el casco entre sus manos.
Ella no le hizo ningún gesto, intentó ser indiferente, metió la laptop y la cartera en la maletera, no va a desearme felices fiestas? ya se las deseé a todos, por qué no me dio el regalo? porque no me correspondía ser yo, mientras hablaba cerraba la maletera y abría la puerta del auto para subir lo más rápido posible, él se lo impidió poniendo el brazo en la puerta.
_no me parece que te des esas atribuciones, el vigilante en cualquier momento sale y no me gustaría que haya problemas_
_ no va a salir, le di mi regalo y está llamando a su familia para que vengan a recogerlo_
_ no me gusta tu comportamiento déjame entrar_ él se movió haciendo un ademán para que ella entrara en el auto. Ella ingresó, encendió el motor y salió rauda, él la fue siguiendo, no podía creerlo todo este tiempo ni la miraba y mucho menos le hablaba, cuando lo tuvo cerca, bajó el cristal de la ventana.
_ será mejor que me deje en paz o haré que un policía te detenga_
_ soy libre de transitar en cualquier calle_
Ella salió de la carretera e ingresó a una calle cerca de un parque, se estacionó y él detrás también lo hizo, mientras ella salía, él se quitaba el casco, ella avanzó rápidamente hacia donde estaba estacionado, miraba su sonrisa, pero eso no la alejaba de la cólera que sentía por todos esos días que ni la miró, cuando estuvo cerca la tomó entre sus brazos y la beso, sus labios estaban tibios, húmedos, con la fuerza de su cuerpo sentía la presión en sus entrañas, solo pudo emitir un quejido, él la había tomado de la cintura con una mano, por fin sentía sus manos fuertes que le hacían doler, pero ella estaba a gusto, lo estaba esperando, lo estaba deseando, la pasión la mareaba, cuando la soltó, la miró de aquella forma que a ella le gustaba, le dibujó de nuevo aquella sonrisa que es y no es.
_ qué pasó ahora ya no dice nada?_
 Ella giró sobre si y caminó a su auto, quería estar donde se sintiera segura o al menos cómoda.
El corrió hacia ella, la abrazó de nuevo y la volvió a besar, ella se separó empujándolo hacia atrás, qué te pasa? El no dijo nada. _Crees que soy una muñeca con quien puedes jugar al conquistador?_
_ No, no creo eso de ti _ se aproximó un poco más, _nunca voy a pensar eso de ti, desde el primer día me gustaste, pero como hago para acercarme a ti?_
Aquellas palabras la hicieron reaccionar, era verdad, los mundos donde se desenvolvían eran distintos, por no decir otra cosa, agachó la cabeza miró sus zapatos, el de ella unas botas de charol negro y el de él unos zapatos de seguridad para obreros, subió la cabeza y por fin pudo ver esa mirada, profunda, negra, pero esta vez tierna y sensible. Es un obrero.


continuará ...