domingo, 20 de mayo de 2018

CARTAS DE PARIS-Cap. 5 (Historia basada en hechos reales)

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_No puedo creerlo!!!!_
Aquel hombre gritaba tanto y tan fuerte que los ojos azules estaban a punto de salirse, su cara se tornó roja, las venas del cuello y la frente se inflamaron y hasta el último rincón de la casa oyó su grito.
_Mi hija no se pudo fugar con un hombre, ella no es así y no intentes de decirme lo contrario por que te arranco los ojos con mis propias manos, Hermelinda, con mis propias manos, llama a mis hijos debo hablar con ellos.
La mujer corrió por los pasillos llamando a los hijos, el padre y los dos  hijos se pasaron toda la tarde hablando de ese trágico suceso, Guido había muerto, su hija estaba desaparecida y nadie sabía nada pero él ya esta ahí, don André Esclavy no dejaría de buscarla, no volvería a tener tranquilidad hasta tener en sus brazos a su pequeña Camelia.
Tomó su sombrero y su bastón y salió sin rumbo, nadie tuvo la valentía de preguntar a dónde se iría, o si volvería pronto, en el rostro del padre se dibujó una desesperación, una angustia, aquel ritus en su cara no se borraría jamás, cuando llego su ancianidad decía: "esa arruga apareció cuando mi Camelia se la llevó ese maldito"
Lo primero que hizo es acercarse a la morgue y preguntar, luego a los hospitales, fue a todos, luego a la estación de policías, a las terminales de tren y por último en las esquinas que estaban cerca al convento donde estudiaba su hija, sacaría una pista cueste lo que cueste, hasta había pensado vender el bastón de marfil con empuñadura de oro con la cabeza de león, para pagar un rescate por su hija.
Pero las noticias nunca tardan en llegar, una mujer que vendía "revolución caliente" en la esquina del colegio la vio discutiendo con un hombre de casi treinta y cinco años, luego un canillita la vio subir a un camión pequeño marca Ford, un camión que se utilizaban en las granjas o haciendas, al escuchar los comentarios del muchacho, un grupo de jóvenes se acercó, ellos se paraban en la esquina para enamorar a las muchachas que salían de la escuela, uno de ellos indicó que más o menos en el mismo tiempo que Camelia  desapareció un hombre había dejado de venir y el primo también, uno de ellos conocía la casa del primo, jugaban billar algunas tardes.
Es que acaso la búsqueda ya estaba llegando a su fin?
Todo había empezado hace seis meses y no había descubierto nada, había preguntado a cada una de las compañeras de su hija, había conversado con la amiga que caminaban juntas al salir de la escuela, pero ese día su padre había venido a recogerla para llevarla al médico porque sufría de anemia que continuamente la obligaba a faltar, ese día ese maldito aprovechó y se llevó a mi hija le había comentado al padre de su compañera, este le dio la idea de pararse en las esquinas para hacer preguntas y su consejo le había funcionado.
Ahora a buscar al primo.

continuará...

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